Buque Escuela Belem
El Buque Escuela Belem es un buque de vela de tres palos que actualmente es propiedad del gobierno francés. Este impresionante barco tiene una historia única y fascinante que se remonta a finales del siglo XIX.
El Belem fue construido originalmente en 1896 en los astilleros de Dubigeon en Chantenay-sur-Loire, Francia. Fue diseñado para transportar azúcar de las colonias francesas en el Caribe y se llamó originalmente «Fleurtje» (pequeña flor) en honor a la esposa de su primer propietario.
En 1914, el barco fue comprado por el duque de Westminster, quien lo renombró como «Belem» en honor a la ciudad brasileña del mismo nombre. Bajo su propiedad, el Belem se obtuvo para regatas y navegación de placer, y participó en la carrera transatlántica de 1927 desde Nueva York hasta Santander, España, donde llegó en segundo lugar.
En 1939, el Belem fue adquirido por el gobierno francés y se convirtió en un buque de entrenamiento para la Marina Francesa. Durante la Segunda Guerra Mundial, el barco fue utilizado por los alemanes como alojamiento para submarinistas en el puerto de La Pallice.
Después de la guerra, el Belem fue reparado y restaurado a su estado original. Fue utilizado nuevamente como buque de entrenamiento para la Marina Francesa y también se obtuvo para llevar a cabo misiones de representación y diplomacia en todo el mundo.
En la década de 1970, el Belem fue retirado del servicio activo y se convirtió en un barco de exhibición en el puerto de Nantes, Francia. En 1980, el barco fue comprado por un grupo de entusiastas y se restauró una vez más, esta vez con la intención de volver a navegar en alta mar.
Desde entonces, el Belem ha navegado por todo el mundo, participando en regatas y eventos náuticos. El barco ha sido utilizado como plataforma para la investigación científica y ha sido el escenario de numerosas producciones de cine y televisión.
El Belem se encuentra ahora en el puerto de Nantes, Francia, donde se puede visitar durante todo el año. El barco también ofrece cruceros por el río Loira y por la costa atlántica de Francia, brindando una oportunidad única para experimentar la navegación en un barco histórico de vela.
El Belem es un verdadero tesoro nacional y un ejemplo impresionante de la habilidad y el ingenio de los constructores de barcos del siglo XIX. A través de los años, ha sido testigo de una gran cantidad de eventos históricos y ha sido utilizado para una variedad de propósitos, desde el transporte de azúcar hasta la diplomacia internacional.
Pero lo más importante es que el Belem es un recordatorio constante de la importancia de preservar nuestro patrimonio marítimo y de mantener viva la tradición de la navegación a vela. En un mundo cada vez más impulsado por la tecnología, el Belem representa una conexión con nuestro pasado y una fuente de inspiración para las generaciones futuras.